despiertas con dolor de espalda o te mueves toda la noche sin encontrar una postura cómoda, tal vez tu colchón esté pidiendo un cambio.

Elegir un colchón no es cualquier cosa y no se trata solo de tamaño o de precio, el asunto de fondo es descanso real, ese que te hace levantarte con energía y sin achaques.

Por eso, vale la pena detenerse un momento a pensar: ¿qué colchón necesito de verdad?

Conoce tus hábitos de sueño

Cada cuerpo es distinto, y cada rutina también, por lo que si eres de los que duermen de lado, por ejemplo, podrías sentirte mejor con un colchón más suave que se adapte a tus hombros y caderas; en cambio, si duermes boca arriba o tiendes a dar vueltas durante la noche, uno más firme puede darte el soporte que necesitas.

Materiales y tecnología

El material también influye, por ejemplo, los colchones de espuma viscoelástica se amoldan al cuerpo y reducen los puntos de presión. Son una buena opción si compartes cama, porque absorben el movimiento y no te despiertas cada vez que el otro se mueve.

Los de resortes, por otro lado, ofrecen más ventilación y son ideales si tiendes a sudar por las noches. Hay hasta opciones híbridas que combinan ambos materiales para quienes quieren lo mejor de los dos mundos.

Y ojo, no te dejes llevar solo por lo que se ve bonito o lo que está en oferta, lo mejor es probar el colchón: recuéstate unos minutos en la tienda si puedes… imagina si podrías dormir ahí ocho horas sin despertar con dolor.

Otra clave es fijarse en la garantía y la durabilidad, ya que un colchón es una inversión para varios años.

Los modelos de marcas como colchones Paraíso, por ejemplo, ofrecen variedad en firmezas y tecnologías que se ajustan a diferentes estilos de descanso, sin necesidad de romper el cochinito.

Tamaño correcto para tu estilo de vida

También piensa en el tamaño pues si duermes solo pero te gusta estirarte como estrella de mar, quizás un matrimonial sea poco; si duermes en pareja y alguno se mueve mucho, un tamaño queen o king puede hacer la diferencia entre una noche de paz o una batalla campal por las cobijas.

Finalmente, no olvides que un buen colchón no lo hace todo por sí solo… considera que la base debe estar firme y en buen estado, ya que de nada sirve un colchón nuevo sobre una estructura que se tambalea o se hunde.

La ventilación del cuarto también influye: ayuda a evitar ácaros y humedad, lo cual es clave si tienes alergias o piel sensible, así que factores como cambiar las sábanas con frecuencia, elegir materiales frescos y mantener un ambiente limpio suman mucho al descanso.

A veces no notamos cuánto influye el colchón en nuestro día a día hasta que lo cambiamos, porque dormir bien no es un lujo, es salud física y mental.