Cuando alguien busca rentar o comprar un local comercial o industrial suele fijarse primero en la ubicación, el precio o el tamaño del espacio, sin embargo, un aspecto que a menudo se pasa por alto y que puede marcar la diferencia entre un negocio seguro y uno lleno de riesgos son las instalaciones eléctricas, un cableado deficiente o un sistema sin mantenimiento puede provocar desde fallas en el servicio hasta accidentes graves, por eso es fundamental aprender a detectar señales de alerta antes de cerrar un trato.
En el caso de las instalaciones eléctricas comerciales, como en una tienda de ropa, un restaurante o un bar, es común que las cargas eléctricas se concentren en iluminación, aire acondicionado y equipos especializados, si al visitar el local notas cables expuestos, apagones frecuentes o contactos quemados, es un indicador de que el sistema no fue diseñado para soportar la demanda, estas fallas no solo encarecen la operación con reparaciones constantes, también ponen en riesgo a clientes y trabajadores.
Las instalaciones eléctricas industriales requieren aún más atención, en una maquila o nave de producción la energía mueve maquinaria de gran capacidad, aquí los errores pueden tener consecuencias mayores, si observas tableros eléctricos sin señalización, ausencia de protecciones contra sobrecargas o instalaciones improvisadas con extensiones, lo mejor es exigir una revisión profesional antes de firmar cualquier contrato, una falla en un ambiente industrial puede detener operaciones completas y ocasionar pérdidas considerables.
Las normativas mexicanas, como la NOM-001-SEDE, especifican cómo deben estar diseñadas y mantenidas las instalaciones para garantizar seguridad y eficiencia, si el local que te interesa no cuenta con evidencia de cumplir estas normas, es un foco rojo, pedir certificados, planos eléctricos actualizados o comprobantes de inspecciones recientes es una medida básica para evitar problemas a futuro.
Por ejemplo, un restaurantes puede cerrar temporalmente su local porque las conexiones no soportan el uso simultáneo de hornos y refrigeradores, un negocio de ropa puede tener apagones constantes que dañan los sistemas de cobro y el aire acondicionado, mientras que en una nave industrial tiene el riesgo de un incendio menor ocasionado por sobrecargas en un tablero obsoleto, en todos estos casos los propietarios pudieron haber evitado pérdidas revisando las instalaciones desde el inicio.
Al visitar un espacio potencial conviene revisar detalles simples pero reveladores, interruptores que chisporrotean al encenderse, cables colgando sin protección, ausencia de tierra física en contactos, fusibles improvisados en lugar de interruptores termomagnéticos, todos son signos de que algo no está bien, contratar a un ingeniero eléctrico o un perito certificado para evaluar el lugar antes de cerrar trato puede parecer un gasto extra, pero en realidad es una inversión que protege tanto tu negocio como a las personas que lo habitarán.
Si estás a punto de rentar o comprar un local, no te quedes solo con lo que ves en la superficie, la seguridad eléctrica es un pilar que asegura la continuidad de tu proyecto, pide asesoría profesional y toma decisiones informadas, así tendrás la tranquilidad de que tu inversión está protegida y tu negocio podrá crecer sin riesgos.